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21nov

¡Mis bienes no, por favor!

Laura Sanchez-Cañete Moreno autonomos, deudas

La recién publicada Ley Crea y Crece ha desarrollado una medida para que los autónomos, empresarios o profesionales, puedan poner a salvo tanto su vivienda como los activos de su negocio (aunque lo de la vivienda ya estaba regulado desde el 2013).

Esto está previsto para los casos en los que la gestión económica imposibilita el pago de las deudas y siempre que estemos ante posibles embargo y ante posibles reclamaciones judiciales.

Para ello, es necesario inscribirse en los registros mercantil, de la propiedad y de bienes muebles, a través de una instancia ante el registro mercantil, mediante un formulario en el que hay que indicar el bien inmueble y el resto de los bienes de equipo que se pretenden proteger; esta inscripción tendría un coste de unos 200€.

Hay que saber que el valor de la vivienda no puede superar los 300.000€ y que el valor de los bienes de equipo no puede ser mayor que el importe de la facturación de la actividad de los últimos 2 ejercicios económicos.

Por otro lado, hay saber que no estarían exoneradas las deudas anteriores a la inscripción; que no afecta a las deudas no provenientes del desarrollo de la actividad económica; que no se salvarían de pagar los autónomos que hayan actuado de mala fe; y que no quedan liberadas las deudas con las administraciones públicas (para esto, habría que acudir a un procedimiento concursal, en el que quedarían exoneradas las deudas recaudadas por la AEAT y por la seguridad social, hasta la cantidad de 10.000€, por cada organismo).

La única pega es que los autónomos deberán llevar una contabilidad simplificada, cuyo contenido está pendiente de regulación y depositarla todos los años en el registro mercantil de su provincia; actuación que conllevará otro coste anual de unos 100€.

Estamos a vuestra disposición para aclarar cuándo merece la pena asumir estas cargas de trabajo y estos costes, para poder beneficiarse de estos beneficios,  que pueden conllevar una segunda oportunidad para los autónomos o, simplemente, la liberación de las deudas tras el fracaso de una aventura empresarial o profesional.

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